Poema
Va despacito mi gato
metiéndose en el corazón,
yo lo contemplo a ratos
y hasta mis botas le doy.
Quisiera tener por siempre
este gatito con botas,
para poder ser dueño del mundo,
y andar a caballo y carrozas.
La amistad es un tesoro
que hay siempre que guardar
como en el cuento del gato
Abelardo y el marqués de Carabás.
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