jueves, 29 de mayo de 2014

Resumen de la obra

Érase una vez un molinero que al morir dejó de herencia a sus tres hijos  un molino, un burro y un gato. El mayor de los hijos, se quedó con el molino, el segundo, con el burro y el menor, con el gato.
El menor de los hermanos se llamaba Abelardo, y como tenía un gato, empezó a soñar que ese sería el gato con botas, que le conseguiría sombrero y botas, y que el gato saldría a cazar alimentos al bosque.  Así él aprovecharía esta caza para llevarle comida al Rey, y de esta forma conquistar el amor de la princesa Blanca Flor.




Comenzó  a soñar que el gato le ayudaría en todo esto, y que además también lograría tener la casa del ogro, y así por fin poderse casar con Blanca Flor.
Sin embargo, el gato le  dijo a Abelardo, que él no se pondría ni esas botas viejas ni el sombrero ridículo y que además, no iría a cazar nada al bosque. Que él quería unas botas nuevas de piel de conejo y que sería Abelardo el que tendría que ir  a cazarlo para con su piel hacer las botas. Abelardo le trajo la piel de conejo. 
Desde ese momento en adelante, el gato comenzó a darle miles de órdenes a Abelardo, siempre diciéndole que él era más afortunado que sus hermanos, pues ¿Para qué servían un molino y un burro? De esta manera, siempre convencía a Abelardo que hiciera lo que él le mandaba.
Lo mandó al pueblo a hacer sus botas con la piel de conejo, lo mandó a cazar perdices para su desayuno y además a que le llevara al Rey unas, pero de parte del marqués de Carabás. Y así se hizo siempre llamar el gato.
Sin embargo, en el castillo del Rey no  le aceptaron las perdices a Abelardo, y le dijeron que lo que quería el Rey para comer era una pierna de león. El muchacho regresó triste donde el gato, porque no  sabía cómo conseguir una pierna de león, entonces el gato le dijo que fuera al zoológico y que le dijera al león que iba del parte del marqués de Carabás.
Así fue, Abelardo le dijo al león que necesitaba su pierna, y el león se negó, pero cuando le dijo que era de parte del marqués de Carabás, el león respondió: “¿Por qué no  lo dijiste antes?” , y el león se la cortó.
Abelardo le llevó la pierna de león al Rey, lo dejaron entrar al castillo. El Rey se comió la pierna cruda, como si fuera un animal feroz, como un lobo.  Y luego de esto, despidió a Abelardo del castillo. Él se fue contento, porque había logrado complacer al Rey. Le contó al gato, y éste le dijo  que al día siguiente, iría por otra pierna al zoológico. Así lo hizo Abelardo, fue por otra, siempre diciéndole al león que era de parte del marqués de Carabás y el león nunca se negaba.




Fueron tres visitas en total al zoológico, que hizo Abelardo, y el león se cortó en total tres piernas.  Luego de esto murió, arrojó su corazón a una muchacha que andaba en bicicleta, y también regaló su melena.
Entre tanto, cada vez que cortaba una pierna, Abelardo la llevaba al castillo del Rey, éste la devoraba como un animal, y le mandaba agradecimientos al marqués de Carabás.  Entre visita y visita al castillo, un día Abelardo pudo ver sin que ella se diera cuenta,  a Blanca Flor, la princesa con la que quería casarse algún día.
El Rey se fue haciendo amigo de Abelardo, y ya lo consideraba el mensajero del marqués de Carabás. Jugaron juntos ajedrez.  Entonces el  Rey le dijo a Abelardo que le avisara al marqués de Carabás, que al día siguiente saldría de paseo con su hija.
Fue así como el gato planeó que se haría el que se ahogaba, para que Abelardo avisara cuando la caravana del Rey fuera pasando con su hija, y de esta manera consiguieran para el marqués de Carabás ropas nuevas, y así  luciría muy bien.  También le dijo a Abelardo, que entre tanto engañara al ogro, dueño de muchas propiedades.
Cuando fue el día del paseo, el Rey y la princesa, Blanca Flor, que era muy muy gordos, desayunaron muchísimo, antes de salir.
Cuando iban paseando, ocurrió lo que el gato había preparado y ellos se creyeron la historia de que se estaba ahogando. Así  conoció el Rey al marqués de Carabás, o sea al gato.  El gato se hizo pasar por dueño de grandes tierras, y comenzó a enamorar a Blanca Flor. Pero al gato no le gustaba porque era muy gorda.
Entre tanto, Abelardo fue a visitar al casa del ogro. El ogro se llamaba Petronio Arcángel , era un gran cocinero y en ese momento estaba preparando una deliciosa cena para unos invitados que tenía.  Abelardo le dijo que iba de parte del marqués de Carabás, quien quería saber si él era tan poderoso como decía la gente. El ogro le respondió  que sí, que él podía transformarse en lo que quisiera. Abelardo le dijo que se transformara en elefante, lo hizo. Luego que se transformara en tigre, también lo hizo, y  finalmente que se transformara en ratón. Cuando el ogro lo hizo, Abelardo le dio un pan envenenado que el ratón comió para luego morir. Abelardo lo botó a la basura. Se había logrado el plan.


Luego, cuando el Rey y la princesa llegaron, le hicieron creer que habían llegado al castillo del marqués de Carabás, pero  en realidad era la casa del ogro.
Abelardo sirvió la gran cena deliciosa que el ogro antes había preparado, y comieron felices con el Rey, princesa y marqués de Carabás.  La princesa quería enamorar al marqués, pero él le dijo que mejor se fijara en el sirviente, o sea en Abelardo.
La princesa Blanca Flor se fue triste, pero luego el Rey la convenció que ella era muy vieja y que debería casarse con el sirviente, Abelardo, pues ya no conseguiría nunca con quién casarse. 
Ella aceptó la idea del Rey, y volvieron al castillo del marqués de Carabás, y entonces aceptaron casarse Abelardo y Blanca Flor.


Se casaron y fueron felices. Mientras tanto el Rey y el marqués de Carabás, jugaban ajedrez y dormían.


19 comentarios:

  1. No se si es la verdadera pero si es muchas gracias por favor digan si es la verdadera

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  2. Es super este libro me encanta me ha alludado mucho y me a enseñado mucho

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  3. Que malo yo quería un resumen y yo que tengo un examen de esta historia en plena cuarentena

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  4. s yo me la estoy leyendo en libro es la verdadera

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